"Zona de confort" Artículo de FapaRioja publicado en periodico La Rioja.

 

«Zona de confort» 

Artículo de FapaRioja publicado en periodico La Rioja. 16 de marzo de 2023.

https://www.larioja.com/opinion/padres-ver-espabilamos-20230317213005-nt.html


Este es el primer curso en el que los colegios funcionan como antes de la

pandemia. Bueno, en casi todo, la implicación de los padres y madres en las

AMPAS brilla por su ausencia.

Hay una apatía generalizada, parece que hayamos perdido la iniciativa y que

estamos esperando a ver qué pasa. Eso se nota en la participación de las

familias en el colegio. Sobre todo en las familias cuyos hijos empezaron las

clases en ese momento. Se perdieron las tardes de patio en las que se hacían

actividades y se hablaba de las necesidades del colegio. Esas tardes, mientras

los hijos e hijas jugaban, los padres y madres también socializábamos. Esa

parte las familias cuyos hijos e hijas están ahora en el ciclo de educación

infantil no la vivieron. En cierta manera se puede justificar esa falta de

implicación por desconocimiento, no saben cómo funcionaba un colegio antes

de la pandemia.

Esto no quiere decir que los que tienen hijos o hijas más mayores colaboren

mucho más. El confinamiento también les afectó. Dejaron de participar aunque

los colegios siguiesen necesitando la colaboración de las AMPAS.


Durante los dos cursos y medio en los que hubo restricciones las AMPAS

siguieron trabajando para mejorar, entre otras cosas, la conciliación de la vida

familiar y laboral. Poco se pudo hacer mientras duró el confinamiento estricto ni

en el primer curso de asistencia presencial en el colegio. Un claro ejemplo está

en el servicio de madrugadores. Durante el curso 2020-2021 el hecho de que

hubiese grupos burbujas complicó y encareció servicios como el de

madrugadores. Para pagar el sueldo de un monitor o monitora, en algunos

casos, se tuvo que duplicar la cuota a las familias, reduciendo el número de

menores que podían utilizar este servicio y discriminando con ello a las familias

con rentas más bajas lo que contravino la idea de educación pública de todos y

para todos. ¿Hubo quejas por parte de las familias afectadas? La verdad es

que pocas y muy tibias. Teníamos todos el miedo y la preocupación de

contagiarnos metido en el cuerpo.

Probablemente al no poder quedar en los patios de los colegios, ni en las

entradas y salidas, por ser estas escalonadas, se perdió esa comunicación

directa que es la que realmente funciona.


Gracias al esfuerzo de unos pocos se consiguió participar en la mejora del

pliego de condiciones de los menús escolares, que haya comedor en colegios

de las zonas rurales. Que la jornada escolar en junio y septiembre tenga el

mismo horario que el resto del curso facilitando, un poco, la consabida y

complicada conciliación familiar. Se consiguieron y se conseguirán mejoras. El

proceso es mucho más lento de lo que nos hubiese gustado, poco a poco

estamos consiguiendo que en colegios donde haya pocos usuarios de

madrugadores pueda realizarse ese servicio gracias a la colaboración de la

Consejería de Educación. Ahora estamos inmersos en la educación inclusiva

para que ninguna niña ni ningún niño se queden fuera del sistema. Si con tan

pocas personas conseguimos tanto, imaginad lo que podríamos conseguir si

participásemos activamente todas las familias de las AMPAS en vez de esperar

a que otros se encarguen de solucionarnos la papeleta.


Ahora que ya volvemos a hacer tardes de patio. No vale la excusa de que no

tenemos tiempo, el rato en el que nuestros hijos juegan en el parque o en el

patio del cole podemos hacer una reunión de la AMPA para proponer ideas. Al

final las juntas de AMPAS están compuestas por madres y padres, los menos

todavía, que tienen ganas de relacionarse con otras personas. Dicen que es

algo desinteresado pero hacer cosas que repercutan en la mejora de la vida

escolar de nuestros hijos es algo egoísta. Nos hace sentir bien.

El problema es que seguimos esperando a que nos saquen las castañas del

fuego. Parece que solo queremos participar en Carnaval y en las fiestas del

colegio, lo cual es muy divertido pero no es lo único. Las AMPAS no se dedican

sólo a eso. Gestionan extraescolares, organizan charlas de formación, a las

que, por cierto, la gente últimamente tampoco acude ¿Qué nos pasa?

Necesitamos un empujón y salir de nuestra zona de confort.


Tenemos que aprovechar que todavía está reciente la implicación y la

participación de muchos miembros de las AMPAS en las comparsas de

Carnaval, para involucrarnos activamente. Aportando ideas y preparando

actividades que repercutan directamente en la mejora de los colegios e

institutos. Parece que sólo tengamos que colaborar durante la etapa en la que

nuestros hijos e hijas estén en el colegio. Pero no es así. Es igual de

importante la implicación de los padres y madres mientras nuestros hijos e

hijas adolescentes estén en el instituto.


Somos nosotras las que tenemos que movernos. No podemos esperar a que

otras personas lo solucionen todo. Porque a ver si os enteráis no hay otras,

somos nosotras las que tenemos que implicarnos en las actividades del cole. Y

digo nosotras con doble intención a ver si así hay más padres que reaccionen

y se decidan a colaborar en las AMPAS. Estamos anestesiados. A ver si

espabilamos porque cuando queramos darnos cuenta nuestros hijos e hijas

habrán acabado su etapa escolar y no habremos hecho nada.


PATRICIA MONTES

Junta directiva de FapaRioja


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